sábado, enero 31, 2015

DESGRACIA AJENA

historia de la semana (ultima semana de 01/2015)
desgracia ajena
A principios de esta semana la empresa Los Chankas una vez supo de la desgracia, enlutando a dos familias andahuaylinas. Al respecto tengo una historia breve para compartir...

Pasado las 6:00pm me aproximé con mi pequeño hijo a la terminal a depositar un sobre para la ciudad del Cusco. En la ventanilla de venta de pasajes había dos empleadas. En ese momento no había nadie a quien atender. Después del saludo una de ellas se dispuso a recepcionar mi encargo. Y Unos minutos después, un hombre de estatura pequeña y de años cargados llegó, se mostraba algo apurado y muy preocupado (se notaba en su acento) y preguntó a la otra empleada que en ese instante se cortaba las uñas descaradamente.


-Señorita - dijo él - me contaron que un carro de la empresa se ha volcado, se ha ciado... 


Toda mala noticia despierta la curiosidad de todos, desde luego que la mía no fue de la excepción. Presté mayor atención y miré detenidamente al hombre que la encontraba de condiciones económicas muy escasas: por su vestimenta y las usutas que las tenía puesta eran casi arrancadas por el paso de los años.
La empleada, desde luego quedó desencajada y sorprendida por la pregunta directa y sin tapujos del anciano señor. La respuesta de la empleada no fue generosa ni cálida, al contrario evidenciaba un acento de querer esconder la verdad y respondió con un acento repleta de soberbia y una altanería propia de las personas inseguras.
Una negativa a secas sonó el NO de la negativa. 


Pero el hombre, insistió en conseguir una respuesta más acorde a la especulación que a esa altura de la tarde ya no era un simple tronar del rió, sino era una verdad que ya se había ventilado en la ciudad.


- Escuché en la radio, dijo él.


Las dos empleadas se miraron sin saber qué decir. Y yo, que todavía permanecía en la ventanilla. Era un observador privilegiado.


Lo que dicen en la radio es una exageración... el carro solamente ha chocado. No hay heridos, No hay nada de que preocuparse - aclaró la empleada.


-dicen que hay dos muertos

-Señor... le estoy diciendo que todo es mentira...
-Ojalá que se así señorita, lo que pasa es que me quedé preocupado mucho porque en ese carro iba mi hijo.


Nuevamente las empleadas se miraron y bastó un parpadeó de una de ellas para lanzar la siguiente pregunta.


- ¿y quien es tu hijo?
- Mi hijo se llama Erick Cordoba, dijo él sin basilar.


En un acto de reflejo natural, nuevamente las chicas se miraron las caras, hubo un silencio total en medio de un segundo que por poco me aburre. Para entonces ya me habían terminado de atender y lo que me quedaba era salir de la ventanilla para no parecer chismoso o algo así. Y cuando daba el primer paso hacia la vereda que me llevaría a la puerta de salida, escuché una aclaración de quién era el hijo del anciano hombre.


- Es el chofer del carro. Dijo el hombre.


Para mi una respuesta a esas alturas sin sentido. Ya de lejos observe a las empleadas que no sabían qué hacer o que decir...Y yo, muy dentro de mí supe que las empleadas sí sabían mucho mas de lo que aparentaban... y bueno, me aleje de la terminal y me olvidé del tema. 


Esa noche dormí tranquilo toda la noche. A la mañana siguiente fui a la panadería y allí; escuche en la radio la noticia de la desgracia de la empresa Los Chankas. Esta vez, la información era más cuajada. Dos muertos, un adulto y un menor de edad era la noticia. Leyeron los nombres y mi sorpresa fue grande que uno de ellos era el chofer...


SEAMOS MÁS RESPONSABLES EN LAS CARRETERAS PARA NO DEJAR A NUESTROS SERES QUERIDOS CON LA IN CERTIDUMBRE, LA  TRISTEZA Y EL LAMENTO.


Imagino que el cuerpo sin vida del chofer ya llegaron a Andahuaylas, pero lo que no imagino es cómo estará el anciano, cómo habrá sido su primera reacción. Estoy seguro que la verdad lo supo esa misma tarde.


Alejandro de Andahuaylas

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