lunes, febrero 20, 2017

PUKLLAY, LOS MUCHOS SUDANDO, LOS POCOS ENGORDANDO.


Enero y febrero son por excelencia meses de abundancia por las buenas cosechas. También son meses de la fiesta del carnaval o el carneval. Es decir, la fiesta de la carne que se entre mescla con la cuestión sexual, y que muy alejada de la cuestión espiritual o religiosa.
En este contexto, la provincia de Andahuaylas hereda una costumbre reciente que es el Pukllay: El encuentro Nacional de carnaval originario del Perú, que no es otra que un encuentro, una reunión o la convergencia de diferentes manifestaciones y expresiones culturales de los carnavales originarios habidos en el Perú.
Este año el Pukllay cumple su XV edición.
Como se darán cuenta, el pukllay nace con la finalidad fortalecer y reivindicar las costumbres y manifestaciones culturales en torno a la abundancia, a la alegría o en torno a la fiesta de la liberación de todos los tapujos o prohibiciones que impone la religión.
En ninguna parte del pukllay se menciona la figura del carnaval internacional. Ni como invitados.
La presencia de delegaciones de carnaval que tiene pertenencia fuera de las demarcaciones peruanas, ocasiona dos problemas que son contraproducentes para la subsistencia del Pukllay: problema Económico y cultural.
El problema económico, se da cuando aumenta de manera exagerada el presupuesto habiendo temas más importantes que tratar, por ejemplo la desnutrición infantil, o el arreglo de las pistas y veredas destruidas con el argumento de Saneamiento básico. Según experiencias pasadas un presupuesto elevado para contar con la presencia de delegaciones internacionales, no justifica bajo ninguna circunstancia semejante gasto para ver (lo que es peor) a unos cuantos artistas residentes extranjeros en el Perú, pudiendo dicho monto ser destinado a una delegación nacional que es rica en expresión cultural pero, problemas económicos imposibilitan viajar hasta nuestra ciudad a mostrar lo rico de su cultura. Además un presupuesto elevado para dicho fin, da motivo al organizador u organizadores para malversar fondos y prestarse para el flagelo de la corrupción. Por ejemplo, hasta la fecha, no hay rendición de cuenta de los anteriores eventos llevados por el alcalde Narciso Campos. ¿Acaso nunca van a rendir cuentas?
El Problema cultural también corre riesgos, como ya mencionamos párrafos arriba, el Pukllay nace con la finalidad de intercambiar costumbres y manifestaciones culturales de diferentes pueblos del Perú. El Perú está conformado por varias naciones. Culturalmente cada pueblo es distinto al otro muy a pesar de coexistir en espacios muy cercanos. La presencia de una delegación extranjera amenaza sustancialmente el fin primordial del encuentro nacional de carnaval originario, o lo que es peor, trunca la ilusión de que el Pukllay sea declarado como patrimonio cultural de la Nación. Que se entienda, nuestra sociedad que carece de personalidad e identidad colectiva, corre el riesgo de perder la practica cotidiana de sus hábitos. Imitación a la orden del día.
Por estos dos motivos, en lo personal, no estoy de acuerdo con la presencia de delegaciones extranjeras en el Pukllay. Ni ahora ni nunca. Estas delegaciones que queden bien claro, no son invitados a una, sino a un centenar de eventos carnavaleros, convirtiéndose en las mosconas del carnaval peruano. Peor aún, dan motivos, para que unos cuantos inescrupulosos engorden sus bolsillos, y los muchos, como siempre sudando las últimas gotas con la finalidad de engrandecer la cultura peruana. Y estos muchos, no reciben ni las gracias.
Alejandro de Andahuaylas
(si estás de acuerdo con algunos puntos de esta Nota, comparte con tus amigos. Entre todos podemos hacer más grande y solvente a nuestro Pukllay)

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