lunes, febrero 20, 2017

PUKLLAY, BAILANDO CUALQUIER COSA...

PUKLLAY, BAILANDO CUALQUIER COSA...
Por el simple hecho de ser parte de una sociedad o micro-sociedad, el hombre es por naturaleza un ser social y cultural. Necesita creer por conocimiento y razón la idea de transmitir lo aprendido o lo vivido de las creencias, comportamientos y costumbres de la cultura al que pertenece para luego propagarlo.
Este concepto, el pueblo abanquino lo supo y lo puso en práctica de manera alegre y uniforme a una de las costumbres más bonitas y unificadoras del pueblo, que es su carnaval.
Recordemos que el carnaval abanquino fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación por resolución del Ministerio de Cultura “por su gran significación tradicional y contribución al fortalecimiento de la identidad regional y nacional”.
Es un justo y merecido esta declaratoria, porque varias generaciones de hombres y mujeres supieron conservar su tradición carnavalesca, y permítanme mencionar que es muy rica culturalmente, bonito visualmente, alegre y uniforme coreográficamente. Distinción (estoy seguro) que empieza a tener efecto positivo en el turismo y en la economía de la capital apurimeña.
Muchos de mis lectores se preguntarán ¿Qué tiene el carnaval abanquino que no tenga el carnaval andahuaylino? En principio una identidad, luego tiene uniformidad, es un espectáculo poder verlos.
De un tiempo para aquí, el carnaval andahuaylino urbano ha perdido la esencia, eso que sabemos qué es. Ahora, el carnaval de Andahuaylas es de todo un poco, de aquí, y de allá. Algo de Abancay, otro algo de Ayacucho, y otro no se de dónde, y así…
¿En dónde quedaron los recorridos de las parrandas callejeras, de las guitarras en las esquinas, de las furtivas quenas, de los cascabeles, las mañosas tinyas, de los zapateos, del desafío de los contrapuntes, de los picaros duetos, del amor hecho pasos en uniformes mojados?, ¿Dónde quedó? En el olvido?
Es en esta circunstancia viene a bien la palabra “reivindicación” que no es otra que el intento de rescatar la buena fama o reputación de algo. El carnaval andahuaylino urbano necesita reivindicar su propio estilo que según pasaron los años, se ha perdido por las gracias de las benditas imitaciones.
Por suerte, y gracias a la sapiencia de un iluminado que en vida fue Don Isaac Vivanco tarco, Andahuaylas empieza a tener nombre propio en cuestión de carnavales. El encuentro nacional de Carnaval originario del Perú se desarrolla en el valle del Chumbao. Pero, ¿Andahuaylas tiene con qué defenderse cuando su carnaval no está identificada frente a su propia tradición y costumbre?
Muchos de manera inexplicable defienden la chacotería del carnaval como propio de nuestra tradición. Nada más alejado de la realidad. Esta percepción lo atribuyo más bien a las pocas ganas que se tiene primero para buscar, luego identificar eso pasos que todavía permanecen de manera exigua dentro de ese desorden coreográfico. Pienso que la forma correcta para poder encontrarlo, rescatarlo para luego reivindicarlo es, que se busque el asesoramiento de coreógrafos profesionales y que las universidades sean los centros de experimentación para que se pueda adecuar los ritmos que nos den la personalidad y la identidad, y luego; llevarlo al escenario.
El escenario principal del Pukllay es el pasacalle. Al escenario no sube cualquier persona, ni se monta cualquier acto artístico que sea improvisado. Es lógica simple, las comparsas andahuaylinas ya deben empezar a tener más responsabilidad, mas conciencia de la cultura y la tradición de nuestro pueblo.
Mi sugerencia para el alcalde provincial es, a cambio de traer por cifras exorbitantes a delegaciones extranjeras para el pukllay, ese presupuesto sea destinado para los fines reivindicatorios de nuestro carnaval andahuaylino, ya que la responsabilidad de esta autoridad edil es también velar, cuidar y mejorar la práctica de nuestras tradiciones y nuestras costumbre culturales.
Por ejemplo, sr. Alcalde, si acaso hablamos de preservar todo lo nuestro, el poncho que usted luce no es andahuaylino, por ende, usted está faltando la tradición de su pueblo. Cámbiese a uno de nogal. Mientras tanto, nosotros seguiremos vistiéndonos de cualquier modo y bailando cualquier cosa…
Alejandro de Andahuaylas
(si estás de acuerdo con algunos puntos de esta Nota, comparte con tus amigos. Entre todos podemos hacer más grande y solvente a nuestro Pukllay)

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