lunes, marzo 11, 2013

Las cochinadas del cochino


Líneas con-sentenciadas

No soy tan viejo pero, tampoco soy joven. Soy de aquellos andahuaylinos románticos que canta de vez en cuando el huayno de Los campesinos “es el río de Andahuaylas…” y con frecuencia tengo añoranzas lo que el Chumbao fue la beldad de la ciudad aguerrida.

Estoy seguro que no soy el único contagiado de la remembranza, deben de compartir mis recuerdos aquellos adolescentes de los años 90. Sí, esos loquillos de la promoción “Chorrillos” del colegio más glorioso de valle. Creo que mi generación fue testigo del último panorama más bello de Andahuaylas, lleno de vegetaciones, y de plantas mayores evidenciando cada lindero. Pues, todavía mis primeros años tienen por recuerdo atrapar truchas en el río Cumbao con mallas. Jugar con los renacuajos a hacer pescador para luego concretar en Pacucha con los pejerreyes o matar tantos sapos que abundaba en las aristas del río. Y si digo bañarse q’alasikis no es broma. Muchos aprendimos a nadar haciendo pozas en el rió que hoy es una pestilencia. No sé ustedes, pero yo, tengo bellos recuerdos de la geografía de antaño. Todo era verde, Eucaliptus, sauces, cipreses, capulies, duraznos, flores de todo tipo, y por sobre todo las aristas del río estaban repletas de berros con las que se preparaba el recordado picante de berro que, hasta hace poco era uno de los platos típicos de Andahuaylas. Lo que quiero decir es que las orillas del río de Andahuaylas realmente eran una hermosa y especial para practicar el romanticismo, era llena de vegetación y poca contaminación con las cochinadas del cochino. Antes por ejemplo era común observar a los jóvenes “Gilear”. Uno se ganaba cada pase... bajo los arbustos a falta de hotel consumaban su amor. Y as, yo aprendí a tener idea de lo que era el amor. Imagino al compositor de la “profesorita” haciendo , sus travesuras sexuales.

Desde luego que oponerse al crecimiento urbano no es mi intención. Pero considero que la urbanización tanto de Pochq’ota y Curibamba se debió hacer bien, pensando en el medio ambiente. En cada calle abierta en estos barrios (antes agrícolas) se nota que no hubo presencia de una autoridad, si es que lo hubo debió ser un corrupto o un inepto que solo pensaba saciar su bolsillo y no velar por el futuro de la ciudad. De hecho que la propiedad privada se respeta, pero tampoco el privado puede hacer lo que se le antoja, se trata de la convivencia colectiva. Desde que recuerdo las tierras de Andahuaylas eran privadas, y según la historia en épocas no muy pasadas estas mismas tierras pertenecían a un puñado de delincuentes desalmados hombres llamados hacendados. Y gracias a la reforma agraria, el hombre andino supo tener una propiedad privada. Pero la cuestión de estas líneas no es criticar al peruano con alma de español, sino de las cochinadas del chino que presenta hoyel rio Chumbao como la más contaminada y asquerosa de la región.

En lo personal la vida me dió la chance de salir de nuestro caparazón para convivir con otras costumbres y aprender sin perder mi esencia de cholo andahuaylino que la educación es otra cosa y no de sacar un título universitario y olvidarse de lo más importante que es el RESPETO. El respeto se aprende con una educación sabia y que tiene como centro del saber; el hogar. Con respeto se logra todo. Respetos guardan respetos, dice un dicho popular. Entonces, ¿qué está pasando en Andahuaylas y en el Perú para que ya no se practique el respeto? ¿Qué culpa tiene el Río Chumbao como para que se lo mantenga asquerosa y nauceabunda en todas sus partes? porque todo el perímetro que comprende la feria es lamentable. En estas condiciones da vergüenza decir que uno es andahuaylino. A veces pienso quienes habitan en sus inmediaciones no son andahuaylinos y solo pretenden dar mala imagen a la ciudad. Al vecino no debería costarle mucho esfuerzo por ejemplo limpiar su parte, mínimamente no echar basura, la basura trae enfermedad, y por sobre todo pestilencia. En este aspecto, autoridades de la Municipalidad tienen mucho por trabajar, ser mas severeos, y si es posible crear escuelas de limpieza para un buen convivir con el vecino y del mismo modo los vecinos la de ejercer la vigilancia y practicar el RESPETO, la asquerosidad es una falta de respeto a sí mismo, por ende a la ciudad.

Las cochinadas del cochino, si acaso es dificil prácticar la limpieza y la higiene, por favor la asquerocidad de la puerta para adentro, para afuera, limpien. Lávense la cara que es nuestra imagen.

Alejandro de Andahuaylas

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