miércoles, noviembre 02, 2011

Los angelitos de Andahuaylas


Tengo una bella hermana que de nombre lleva el nombre de mi madre; Teresa, y a quien afectuosamente le llamamos Techy. En pasado 30 de octubre Techy cumplió sus lindos e inocentes 33 años. De hecho, como corresponde le hicimos una linda fiesta a donde los invitados asistieron con disfraz, los que no, se pusieron antifaz para disimular como lo hicieron mis padres y mis hermanas mayores.

En mi familia Techy es considerada nuestro ángel, ella tan inocente dice ser la novia de Chayane, algunas veces asegura que ya están casados. Estas ocurrencias, de hecho, nos hace divertir ¿Qué más les puedo decir con respecto a Techy?... ¿que tiene síndrome de Down? ¿Qué algunas veces tiene esquizofrenia? , bueno, lo concreto es que es mi hermana, y es el ángel que nos alegra la vida en nuestro núcleo familiar, pero también debo de confesar que nos hacer renegar con sus ocurrencias no premeditadas.

El tema es que para la fiesta de mi hermana yo me puse mi atuendo de un ángel Chanka, cosa que a muchos les causó agrado, también a los niños, quienes miraron anonadados y admirados. El disfraz era simple, un poncho de tela de color dorado, una especie de bincha también dorado y de metal, y los calzados como es lógico eran las usutas. Al respecto digo que lo más importante de llevar un disfraz es llevarla bien, sin vergüenza y realmente creérsela. Pensé que todo había quedado en la fiesta, pero me equivoqué. El lunes por la mañana una de mis hermanas vino a visitarme a la oficina llevando una bolsita de plástico de color celeste casi transparente. Me dijo que Max tenía un evento de disfraces en la Plaza de Armas y quería un atuendo como el mío, y me enseñó lo que había comprado: un satén blanco y puntillas doradas. Más o menos le indiqué cómo tenía que cortar y cocer. De hecho, el resultado fue hermoso.

No estoy seguro quienes organizaron el desfile de los angelitos. Independientemente de quienes tomaron la iniciativa, la intención estaba muy buena: hacer concientizar a la población que la fiesta de halloween además de ser una imposición extranjera atenta contra la fe de cualquier religión, y qué mejor convocar a todos los niños de Andahuaylas asistir a La Plaza de Armas disfrazados de angelitos.

De hecho, como estaba previsto, mi sobrino Max sería uno de los tantos niños que se dio cita a La Plaza de armas disfrazados de angelitos. A diferencia de los otros niños, Max llevaba el atuendo de un ángel originario de estás tierras. En verdad me gustó ser referente de mi sobrino. Eso de que le diga a su madre que quería el disfraz como el mío fue lo mejor para mí en la esta semana que está transcurriendo. A todo esto, yo digo, la forma cómo podemos cambiar la mentalidad de nuestras sociedad es dando ejemplos buenos y convincentes a nuestra sociedad.

Me contaron que el desfile fue maravilloso en la Plaza de Armas, por cuestiones de trabajo no pude asistir a tiempo, pero cuando me desocupé fui de prisa a ver lo que quedaba. En el parque central de la ciudad, todavía quedaban algunos niños en la Plaza, y desde unos parlantes escuchándose cantos religiosos. Hasta aquí, todo bien, aplaudible, digno de volver a repetir en otra ocasión, y por qué no, en halloween. Lo que no me parece, que las iglesias participantes utilicen a los niños para hacer sus publicidades de idealismos religiosos. Me causó harta indignación. Tal vez hiera sensiblerías con lo que voy a decir. En partes, las iglesias son causantes de tantas mediocridades. En el campo, los hombres de una u otra manera son idiotizados, le llenan la cabeza de qué está bien o qué está mal. No le dan la posibilidad de ser ellos mismos. Basta, señores de distintas agrupaciones religiosas, algo más de prudencia, algo más de respeto, algo más de recato. Es verdad, en el Perú afortunadamente hay libertad de credo y de pensamiento, pero no voy a estar soportando pues, que a las 5 de la mañana que un grupo de inescrupulosos e irrespetuosos fanáticos me despierten con parlantes y diciéndome lo que debo de hacer si acaso quiero la salvación.

Y favor, quiero decir, que los angelitos de Andahuaylas, son, sin lugar a dudas digno de imitar, porque la inocencia y la pureza de los niños es un ejemplo claro para la buena convivencia en la población. Y felicitaciones a quienes llevaron adelante esta idea. Para terminar, reciban un saludo cordial e inocente de mi ángel que está viva y que de nombre lleva Techy, la novia de Chayane.

Alejandro de Andahuaylas

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